Capítulo 99
Capítulo 99
Sali de la casa de los Galindo y tomé un taxi hacia lo que solia ser mi hogar.
Después del accidente donde mis padres perdieron la vida, tuve que vender todas nuestras propiedades para saldar las deudas, excepto esta vieja casa, el único recuerdo que me quedó de ellos.
Al bajar del taxi, me encontré con ese lugar que tanto tiempo habla estado ausente, y no pude evitar sentir un torbellino de emociones.
Saqué la llave que estaba escondida en una maceta y me quedé parada frente a la puerta, sumida en mis pensamientos, antes de finalmente entrar.
Dentro, el silencio era absoluto. Mis fotos adornaban las paredes, al igual que las cosas de mis padres.
Todo parecía igual, pero yo ya no era la misma.
Sentada en el sofá, me quedé contemplando un cuadro en la pared.
Todo esto parecia un sueño.
“Crack…”
De repente, un ruido sutil detrás de mi me hizo estremecer.
Me quedé congelada, cada nervio de mi cuerpo en tensión.
¿Había alguien en mi casa?
Sin atreverme a girar, estiré la mano buscando mi celular para llamar a la policia. This content is © NôvelDrama.Org.
Pero como siempre pasa, en momentos de pánico, uno se pone nervioso y hasta desbloquear la pantalla del teléfono se te hace dificil.
Sentia que alguien me observaba desde atrás, acercándose lentamente.
Respiré hondo y, con un movimiento brusco, me di la vuelta para enfrentar lo que había detrás.
En la puerta, un hombre con una barra en la mano me miraba con un semblante sombrio.
Paralizada, no pude hacer más que quedarme ahi, con la garganta tan seca que me resultaba imposible
hablar.
El hombre…
Era alto, con pelo negro y una expresión sombría. Tenía una gran quemadura en su mejilla derecha y sus dedos también estaban quemados; su presencia era escalofriante y aterradora.
Esa sensación… era la misma que senti justo antes de morir.
“¿Me estas siguiendo?” preguntó con una voz ronca.
Apenas pude abrir la boca, y la voz me salió como un susurro, impulsada por el miedo que me llegaba hasta el alma.
“¿Cómo sabias que estaba aquí?” frunció el ceño y soltó la barra, como si hablara conmigo con cierta familiaridad.
Me quedé alli, rigida, enfrentando su mirada.
Esa voz… sin duda era la del hombre que me habla matado en mi vida anterior.
Pero, ¿cómo es que me conocía?
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Capitulo 99
No, espera… ahora soy Ainara.
¿Por qué él me reconoceria?
“No… no sabia que estabas aquí,” dije con voz baja, respirando hondo. “Este era el lugar donde vivía
no? Ultimamente he estado cerca de su amiga Helda y supe dónde vivía antes.”
El hombre se sentó en el sofá. “Solo me estoy escondiendo aqui por unos días.”
Me mantuve de pie, rigida, sin saber qué hacer.
“Veo que la has imitado muy bien,” dijo con una nota de burla en su voz.
Me quedé muda por un instante, mi cuerpo entero se congeló.
¿Qué quería decir?
¿Qué relación tenian Ainara y este hombre? ¿Qué estaba imitando?
Navra
“Entonces…” mi mente giraba a toda velocidad, tratando de recordar cualquier cosa que tuviera que ver con este hombre.
“Felipe tiene problemas ahora…” supuse, trabajando conmigo solo podia estar relacionado con algo de la familia Linares.
“¿Llevas el hijo de él?” Parecia que los problemas de la familia Linares no le interesaban, solo me mirabal fijamente con esos ojos sombrios.
Senti un escalofrio recorrer mi espalda. Este hombre parecía capaz de matarme allí en cualquier momento.
Pero, ¿por qué estaba viviendo en mi casa?
“Asi es… respondi en voz baja.
De repente, el hombre soltó una carcajada, pareciendo más loco que nunca.
Yo, nerviosa, no sabia qué decir.
“¿Te está confundiendo con Nayra?” él habló primero, luego sonrió como hablando consigo mismo. “¿Realmente te está tomando por Nayra? Jajaja… ¿Tanto amor para que se conformara con cualquier sustituto que ocupe el lugar de ella en su corazón?”
Me quedé rígida, sin poder creer lo que ola.
¿Qué de tomar a alguien por Nayra?
“No te hagas la lista,” de repente, se puso serio y el aire alrededor se cargo de una amenaza palpable. “¿Crees que por buscar rastros de Nayra y tratar de imitarla él siempre te hará caso?
No dije nada, solo lo dejé hablar.
“Termina lo que te encargué rápido y no te distraigas con pensamientos innecesarios,” advirtió con voz grave y profunda.
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