Amor en Bucle con el Señor Bécquer

Capítulo 329



Capítulo 329

Capitulo 329

Después de su partida.

lan pas6 la noche en el departamento, tendido en la cama, rodeado de cosas que ella habia dejado atras. Pequefias y grandes, la mayoria eran regalos suyos.

Silvia no hacia las tareas del hogar, y su habitacion estaba siempre desordenada lan solia encargarse de ordenar, incluso cuando ella tenia su periodo, él lavaba los pequefios pantalones manchados para ella Alrededor de la almohada, quedaba su aroma. lan no podia dormir, asi que se levant6, se sentd en el sofa y fumo. Con su teléfono en mano, pens6 que si ella lo llamaba, él contestaria, aunque no pudieran decir mucho, simplemente escuchar su voz seria suficiente. Pero toda la noche, el cenicero se lleno de colillas y no recibié su llamada. El sabia en su corazon que habian llegado a su fin. gPor qué deberia involucrarse con la hija de una buena familia?

Al amanecer, el secretario Gonzalo, preocupado, entrd.

En cuanto entro, fue asfixiado por el humo del cigarrillo. No pudo evitar reprender: “Sefior Molina, usted deberia cuidar su salud, fumar asi no es bueno*.

lan lo mird, apag6 el cigarrillo y se dejo caer lentamente en el sofa. Después de un rato, hablo lentamente: “Necesito que hagas algo por mi“.

Sabia que Silvia no necesitaba nada, pero después de todo lo que habian pasado juntos, él sentia que era lo menos que podia hacer. El dinero ya no tenia importancia para él.

Después de dar las instrucciones, Gonzalo se sorprendio.

El amor del sefior Molina habia sido impresionante, habia dado tanto que incluso una pareja divorciada no habria hecho tanto.

Practicamente habia vaciado su fortuna personal.

Gonzalo no tuvo objeciones y se apresuré a hacer lo que se le pedia.

Al dia siguiente, se citd con Silvia en una bonita cafeteria.

Gonzalo fue el primero en llegar. Sentado tranquilamente en su traje de lana color café oscuro, jugueteaba con su encendedor. Asu lado habia un mazo de documentos para entregar.

Después de quince minutos, Silvia llego y se sento frente a él

“gTiene algun mensaje para mi?”

Gonzalo levant6 la cabeza al oir su voz y se sorprendi6.

En poco mas de un mes, la joven habia adelgazado mucho y se veia agotada.

Se levantd rapidamente para ayudar a Silvia con su silla, tratando de hablar con un tono tranquilo y suave Pero Silvia vio los documentos y preguntd directamente Este es su pago por romper conmigo?”

Gonzalo se sintid incoémodo y tardé un momento en asentir.

Silvia hojed los documentos, acariciando las paginas con sus delgados dedos Si nuestra relacién sdlo fue un juego para él, gpor qué tiene que ser tan dramatico? No quiero nada de esto Dile que no voy a molestario‘

Después de decir esto, parecia haber agotado todas sus fuerzas Incluso ella parecia aturdida por un largo rato lan...

Habia llamado a lan durante tanto tiempo, le habia dado tanto, le habia prometido tanto, que ella creia que estarian juntos para siempre. Creia que siempre podria estar a su lado y que él la protegeria.

Result6 que no era asi. Result6 que sdlo era un pasatiempo para él... Gonzalo traté de convencerla, pero ella se neg6 a aceptar.

Cuando regres6 para informar a lan, este estaba de pie frente a la ventana de su hotel, mirando el anillo de diamantes en su mano.

Ella, una chica tan ingenua, ,cémo podria aceptar esas cosas? lan no sabia antes que podria enamorarse tanto de alguien. Durante el trabajo estaba bien, pero cuando estaba libre, ella estaba en sus suefios, y hasta inconscientemente volteaba la cabeza cuando estaba entre la multitud. Incluso cuando estaba con Sr. Ibarra y los demas, siempre miraba la puerta de bronce, como si su pequefia chica fuera a entrar en cualquier momento. Lagrimas en los ojos, llamandolo lan.

Con el tiempo, se dio cuenta de que olvidarla era muy, muy dificil...

Aproximadamente una semana después, se encontraron una vez mas. Fue en una cena en Bogota, donde se encontraron sin previo aviso.

Ella habia venido con Flynn.

Vestida con un largo vestido rosado pastel, un collar de diamantes colgaba de su cuello, su cabello negro como la tinta suelta a la cintura.

Ella era, en resumen, increiblemente delicada. lan estaba acompafiado por la Srta. Suarez, y al ver a Silvia, se quedo paralizado. La Srta. Suarez no era tonta.

Sabia muy bien que lo suyo con lan era puramente conveniencia, nada serio. Habia varias mujeres como ella rondando a lan. Pero desde el dia que conocié a la sefiorita de la familia Bécquer tras escenario, lan dejo de

frecuentarla.

jlncluso un tonto podria adivinar qué estaba pasando!

Poco tiempo después, el secretario Gonzalo le entregé un cheque.

Ella sabia que esto marcaba el final entre ella y el Sr. Molina, probablemente ya no vendria a escucharla cantar.

Efectivamente, pronto se enteré de que el Sr. Molina habia dejado de frecuentar el ambiente.

Ella sospecho que tenia a alguien, y lo mantenia muy bien oculto.

Pero sabia quién era esa persona, aunque no se atrevia a hablar de ello publicamente, porque no podia permitirse ofender a alguien como lan. No fue hasta que lan aparecié de nuevo en el Teatro Brodileza que ella se sintié aliviada.

Penso que él volveria a sus viejos tiempos, penso que todo seguiria igual. Pero estaba equivocada.

lan solo venia a ver las obras, 0 la llevaba a eventos sociales, pero nada mas En privado, era mas casto que una doncella

La Srta Suarez entendia que ya no podia convertirse en la Sefiora Molina, pero estaba dispuesta a mantener una amistad con lan. Por un lado, el nunca la trat6 mal, y por otro lado, ella necesitaba su reputacion y

contactos.

En este momento, los hombres a su alrededor y la hija de la familia Becquer miraban con ojos llorosos. Srta. Suarez no sabia qué problema tenian entre ellos, asi que simplemente sonrid y, en voz baja, dijo

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Molina, gpor qué Silvia te mira con esa expresion de querer llorar?” lan la ignoré y simplemente continud observando a su pequefia.

Silvia lo miré, luego mird como la Srta. Suarez le tomaba la mano a lan y desvid la vista.Content is property © NôvelDrama.Org.

Se acercé a su hermano.

Se sintid humillada, su boca temblaba ligeramente, y se apoyo en el hombro de su hermano. Flynn la miré y le pregunto con dulzura, “Estas cansada de estar de pie?”

Ella asintio y luego lo abrazo por la cintura.

Tenian una relacion muy cercana, tan intima que hacia que lan se sintiera celoso. Nunca pens6 que llegaria el dia en que tendria celos de Flynn.

La Srta Suarez lo miré y se sintié un poco aliviada.

Se dirigid hacia ellos con un coqueteo exagerado y saludo, “Sr. Bécquer, tienes una relacién tan buena con tu hermana, me pone celosa.”

Flynn nunca fue amable con las mujeres.

La Srta. Suarez era bella, pero habia algo en su actitud coqueta que no le gustaba.

Fue muy frio con ella, pero a la Srta. Suarez no le import6. Se volvié atin mas amigable y, mirando la cara palida y delicada de Silvia, dijo: “Conozco a algunos jovenes talentosos que podrian ser adecuados para la Srta. Bécquer. {Qué tal si nos encontramos para tomar un café un dia de estos?”

Justo en ese momento, lan se acerco.

Tom6 la mano de lan y preguntd de manera amigable, “;No es cierto, lan?” lan miré a Silvia.

Ella también lo estaba mirando, los ojos llenos de lagrimas...

Después de un largo rato, lan sonrié lentamente y dijo en voz baja, “Es hora de que los hombres y las mujeres se casen. Deberiamos empezar a buscar candidatos. Flynn, deberias dejar que tus padres empiecen a buscar para Silvia.”

Flynn estaba en una posicién dificil con su tio, su futuro estaba en sus manos.

Asi que asintid, acaricié la cabeza de su hermana con carifio y dijo: “Ya eres bastante mayor, deberias empezar a salir con alguien.”

La cara de Silvia se puso palida.

Miré a lan, tan enfadada que sus dientes temblaban, pero se contuvo debido al lugar en el que estaban. En cambio, sonrié y dijo: “seguiré tu consejo.”

Después de decir esto, se excusd diciendo que tenia algo que hacer y se fue lan observaba su silueta alejandose, apretando suavemente sus pufios.

La sefiorita Suarez, coqueta y encantadora, exclamé “Ves, ella esta enojada Cuando esta enojada, tienes que tranquilizarla Siempre la llevas a todas partes sin decidirte Ay, si llegaran a ser pareja, no olviden darme un generoso regalo! Rara vez soy tan generosa” lan la dejé y se alejé con paso ligero

Silvia camino hasta una terraza desierta. Observaba en silencio el rio en la distancia, brillante y sin fin. Sus ojos se humedecieron sin darse cuenta

éPor qué estaba aqui?

jElla queria ir a casa!

Detrds de ella, se escucharon pasos y luego la puerta se cerré con llave. Capitulo 329

Adivino quién era, se volvid lentamente y, efectivamente, vio a lan de pie alli

Con lagrimas en los ojos, ella parecia fragil y adorable

Susurré su nombre “Silvia

Silvia, apoyada contra la barandilla detras de ella lo miraba sturdida y murmur No acerques

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