Capítulo 171
Capítulo 171: ¿Acaso no es un Caballero?
Alonso se detuvo en seco. Santiago le lanzó una mirada triunfante y, con una sonrisa burlona, arrancó su coche y se alejó.
-Buenos días, señor Alonso.
El chofer de la familia Valenzuela abrió la puerta del auto. Alonso, volviendo en si, subió al coche, pero las palabras de Santiago resonaban en su mente.
¿La persona más importante? ¡Santiago consideraba a Valentina como tal! Si hubiera sido antes. de esa fatidica noche, se habría enfurecido por la falta de Santiago a su promesa con Lucy. Pero ahora, Alonso sabia que lo que realmente sentía era un intenso temor. No quería que Valentina
estuviera con Santiago.
Al llegar a la oficina, lo primero que hizo Alonso fue solicitar el expediente de «Carmen Garcia». Por su parte, en el Edificio Mendoza, Santiago también examinaba la misma información. Los Garcia eran una prominente familia inmobiliaria local, con un crecimiento notable en los últimos años. Carmen García, la única hija, había sido compañera de secundaria de Valentina. Habia estado presente tanto en el bar Noche Estelar como en el incidente del museo, y ahora también
había aparecido casualmente. Santiago no creía en coincidencias.
-Investiga los movimientos de esta Carmen, necesito saber qué papel jugó en lo del crucero
ordenó Santiago.
-Entendido -respondió Thiago antes de retirarse.
—
Al despertar, Valentina encontró que su esposo ya se había ido, pero había dejado una nota en la
mesita de noche: «Esta noche te recojo para volver a casa».
Volver a casa… Un cálido sentimiento invadió el corazón de Valentina. Guardó la nota y bajó las
escaleras.
Don Raúl ya había desayunado y Federico lo acompañaba en un paseo por la Villa Valenzuela. Lucia acababa de enviar un mensaje. Al ver a Valentina, guardó rápidamente su teléfono y se apresuró a explicar:
-Valen, finalmente despertaste, estaba tan preocupada… Fue mi culpa, solo quería llevarte a divertirte y nunca imaginé que…
-¿No estarás enojada conmigo, verdad? Casi te cuesta la vida por mi culpa.
Dijo Lucia, con un rostro lleno de culpa y a punto de llorar. Aunque Valentina sentia rechazo hacia Lucía, sabía que era por su esposo. La señorita Lucia Valenzuela la habla Invitado con buenas intenciones. En cuanto al incidente en el agua, había un verdadero culpable: ¡Damián!
-Señorita Lucia…
Comenzó Valentina, pero Lucía la interrumpló anslosa.
-Valen, realmente estás enojada conmigo, ¿verdad?
-No, claro que no respondió Valentina.
Lucia, incrédula, insistió:
-¿Entonces por qué me llamas señorita Lucia?
Valentina forzó una sonrisa.
-Lucia, sobre lo de anteayer en la noche, fue Damián. Él es tu amigo, pero aún así debo decirte
que pienso denunciarlo.
-Denunciarlo, claro que sí. Valen, apenas bajé del crucero, ya había hecho la denuncia -dijo Lucía apresuradamente. Lo del crucero ya se aclaró, y Damián admitió su culpa, así que ya
está detenido.
Valentina se sorprendió por la rapidez con que se habían desarrollado los acontecimientos, pero pronto comprendió que Alonso debía haber intervenido. Sin decir más, Lucía la abrazó
fuertemente.
-Valen, gracias por confiar en mi. No sabes cuánto me he culpado. Si algo te hubiera pasado, mi
hermano me habría matado. Nunca lo había visto preocuparse tanto por alguien, excepto por
Lucy.
-Lucy…
Valentina escuchó nuevamente ese nombre, sintiendo todavia curiosidad en su corazón.
-Si, nunca la has visto. Desapareció hace tiempo, pero en la Villa Valenzuela hay fotos de ella, te llevaré a verlas…
Lucía tomó de la mano a Valentina y sin esperar respuesta, ya la estaba guiando fuera de la mansión principal. La Villa Valenzuela del Grupo Valenzuela era vasta. Además de la mansión
principal, había varios edificios secundarios que no se usaban con frecuencia.
Siguiendo a Lucia a través del jardin, pasaron junto a un muro cubierto de flores donde Valentina recordó haberse encontrado con don Mendoza durante una fiesta. La imagen de don Mendoza
+15 BONOS
solo permaneció unos segundos en su mente. Tras el muro de flores, bordeando un pequeño bosque, finalmente llegaron a una pequeña casa.
-Aqui es donde Lucy solia vivir en la Villa Valenzuela. No le gustaban los lugares ruidosos, asi que su habitación estaba aqui. Ven conmigo…
Lucia llevó a Valentina a una habitación.
Al entrar, Valentina sintió una extraña familiaridad. Recordó de repente aquella celebración donde su ropa se habla mojado y Alonso le habia ofrecido ropa de su hermana, en una habitación
decorada igual a esta.
-Mira, esta es Lucy.
Lucía sacó un álbum y comenzó a pasar las hojas. Valentina observaba las fotos, en casi todas aparecian tres personas, cuyas caras estaban cubiertas con tinta negra, imposibilitando su
reconocimiento.
-Qué lastima, eran buenas fotos, pero una vez mi hermano enfadó a Lucy y ella las arruinó así
dijo Lucia con pesar.
Aunque no se podían ver los rostros, Lucia continuó presentando a Valentina las personas en las
fotos.
-Este es mi hermano… -señalando a uno de los chicos en la foto, y luego a otro, y este es don
Mendoza.
¿Don Mendoza? Valentina frunció el ceño, observando más detenidamente a la persona en la foto. Pero con la tinta negra, era imposible discernir sus rasgos.
-¿Qué tipo de persona es don Mendoza? -preguntó Valentina, movida por la curiosidad.
Lucia la miró. Content © provided by NôvelDrama.Org.
-Don Mendoza y mi hermano eran muy amigos, pero después de la desaparición de Lucy. tuvieron una pelea y su relación se deterioró. Tanto don Mendoza como mi hermano valoraban
mucho a Lucy; si ella no hubiera desaparecido, probablemente ya estaria casada con don Mendoza.
Hablando, Lucia dejó caer casualmente:
-Valen, tus ojos son muy parecidos a los de Lucy. De hecho, la primera vez que te vi, me quedé sorprendida, pensé que Lucy había vuelto.
Valentina recordó la conversación entre Alonso y don Mendoza en la celebración. Sus ojos se
parecían a los de Lucy, don Mendoza la trataba con cierto favor pensando en ella como un
reemplazo. Y ese «favor»… Valentina pensó en cómo don Mendoza habla obstaculizado su estancia en el hotel y su intento de alquilar una casa, frunclendo los lablos con desdén.
-Este don Mendoza, no parece ser ningún caballero -dijo sin poder contenerse.
Lucía se quedó sorprendida por un momento. Pronto, como si fuera una casualidad, preguntó:
-¿Por qué dices eso, Valen? ¿Has conocido a don Mendoza?
-Si, claro que lo he conocido.
Pero esa noche, en la villa Rodriguez donde lo vio por primera vez, quedó grabada en su memoria. Lucia parecia inquieta, sabiendo que Aitana había dicho que Valentina desconocía la verdadera identidad de Santiago. Con una sombra de duda en sus ojos, justo cuando iba a indagar más, sonó una llamada de Alonso.
-¿Dónde está Valen?
Preguntó Alonso con impaciencia tan pronto como se conectó la llamada, su tono lleno de precaución hacia Lucía. Escuchando, Lucía se sintió incómoda, pero aun así sonrió y le pasó el teléfono a Valentina.
-Mira, Valen, mi hermano acaba de salir y ya te extraña.