Capítulo 54
Capítulo 54
Capítulo54
Clara ya no estaba de humor para ir al hotel. Y cambió la dirección hacia su casa.
Aarón guardó silencio durante mucho tiempo y no pudo contenerse y le preguntó: -Señorita, ¿es verdad que Alejandro todavía no sabe que usted es la hija de la familia Pérez?–
-Sí–respondió Clara a voz baja, como si estuviera pensando.
Aarón comprendió inmediatamente. Con razón la última vez que Alejandro la visitó, ella quería
encontrar a alguien que la sustituyera. Y ahora todo se puede explicar.
-Aarón, no fue mi intención ocultártelo…
-Lo entiendo–dijo Aarón.
Clara levantó la mirada sorprendida.
-Nadie quiere hablar de sus historias dolorosas. Todos quieren guardarlos en su corazón para
siempre. Solo me preocupo por usted, preocupada de que el señor Pérez se entere de esto y se
sienta dolorido–Aarón apretó la mano en el volante, con los ojos humedecidos.
Ella era la señorita a la que toda la familia Pérez amaba y protegía, y ahora Alejandro, ese cabrón,
la había tratado de esa manera.
-Sé que no lo puedo ocultar para siempre, pero no quiero pensar más. Lo que tenga que pasar,
pasará. Además, después de un matrimonio fallido, solo quiero estar sola. No quiero casarme de
nuevo. Qué aburrido–Clara, rio amargamente, con los ojos cerrados, pensando en las crueles
palabras de Alejandro.
-Si no te casas, yo tampoco me casaré–dijo Aarón, directo y sincero.
-No… Debes casarte. Trabajas como mi secretario, no un monje. No quiero que se corra el rumor de
que para trabajar para Clara Pérez, no se puede casar. No me arruines la fama–Clara se apresuró a
negarlo, agitando las manos.
Aarón sonrió amargamente, sintiendo un dolor en su corazón.
Sabía que no le merecía ella, pero quería protegerla para siempre como luz y sombra.
-Señorita, ¿por qué decidiste casarte con Alejandro?-preguntó Aarón.
Clara entrecerró sus ojos, triste y melancólica, sintiendo un cúmulo de emociones en su corazón.
-Es mi culpa por preguntarle tanto. No preguntaré más…
-Cuando tenía once años, participé en una excursión de montañismo organizada por la escuela. El collar de zafiro que mi madre me dejó como legado, lo perdí en la montaña.
Ya era de noche, no me importaban las advertencias de los profesores, fui en busca de él. Recorri
todos los sitios ya caminados una y otra vez, pero no pude encontrarlo. No solo me perdí, sino que
también me enfrenté a un fuerte tifón y quedé atrapada en la montaña sin cobertura.
En ese momento, Alejandro trabajaba como guardabosques en el parque nacional durante el
verano. Lideró a su equipo y subieron la montaña en mi busca a pesar del clima extremo.
Finalmente, me encontró detrás de una roca, casi congelada…
Clara contó la historia suavemente, la historia que le había deslumbrado toda la juventud.
-Abrí los ojos y vi a Alejandro, vestido con ropa de montañismo, con su rostro hermoso empapado.
Sus ojos atractivos brillaban, más deslumbrantes que las estrellas en el cielo…
-¡Qué bien… Menos mal! No tengas miedo, niña, ¡te bajaré de la montaña!
En su primer encuentro, Clara se enamoró a primera vista de Alejandro y nunca pudo olvidarlo.
-En nuestro camino de regreso, me llevó en su espalda todo el tiempo. Él tenía miedo de que me quedara dormida, por eso, me contaba chistes que no eran nada graciosos sin parar. Realmente no tenía buen sentido del humor–Clara recordaba con tranquilidad, con una leve sonrisa en sus labios.
-¿Cómo te llamas, niña?
-¿No me lo dirás? Vaya, entonces te llamaré chiquita. Eres chiquitita, tienes la boca chiquitita, la nariz chiquitita…
-¡No soy chiquitita! ¡Ya estoy más madura físicamente que las chicas de mi edad!
-Esto solo dímelo a mí, no se lo digas a otros chicos.
-¿Por qué, hermano mayor?
-Temo que algún chico malo se aproveche de ti, tonta.
Clara respiraba agitada y su corazón latía rápidamente.
Alejandro solo tenía 17 años de edad en ese momento. No era tan alto ni fuerte como ahora, pero le
dio una sensación de seguridad irremplazable.
Más tarde, casi cayeron por un acantilado y Alejandro la protegió en sus brazos, arriesgando su
vida para salvarla.
Después de eso, Alejandro desapareció de su vida durante tres años. La última vez que Clara volvió
a verlo fue en la televisión cuando asistió a un evento benéfico junto a la gente de la familia
Hernández.
A partir de ese momento, Clara comenzó su “misión de seguir la luz“.
Cuando supo que él iba al campo de batalla, decidió convertirse en médica sin fronteras, solo para luchar a su lado en lugares donde él no podía verla.
Antes, lo amaba a pesar de todas las dificultades, pero ahora su corazón se sentía frío y sin esperanzas, ya no puede amar.
Clara rio con amargura, descubriendo que un amor tan apasionado en que insistió durante 13 años, también podía desaparecer y desvanecerse con facilidad. 1
Aarón la escuchaba en silencio, sorprendido pero sintiendo más pesar que resentimiento. (2
-Pero Aarón, aunque quisiera odiarlo, no puedo odiarlo de verdad. 2 Content © copyrighted by NôvelDrama.Org.
Clara abrió sus manos y sintió cómo el viento se escapaba entre sus dedos, al igual que el amor que no podía retener. 1
-Mi amor por Alejandro fue voluntario, sin ningún arrepentimiento. No nos debemos nada. (1)
*
En su trance, Alejandro regresó a la Villa Marejada. No pudo pensar claro y parecía que había miles de moscas volando en su mente.
Sentía una pesadez en el pecho, como si una piedra gigante lo aplastara, dificultándole la respiración.
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