Mi Ex-esposa Misteriosa Es Multimillonaria

Capítulo 725



Capítulo 725

Capítulo 725

-Escuché de tu padre que Clara va a empezar a trabajar en el grupo próximamente. ¿Ya sabes en

qué departainento va a estar o en qué cargo? Hoy no estoy muy ocupado, así que podría llevar a

Clara a dar una vuelta y ayudarla a familiarizarse con el entorno-expresó el tío con gran

entusiasmo.

Ante la entusiasta oferta de su tío, los hermanos se miraron y Diego respondió con calma: -Todo

dependerá de la asignación de nuestro padre. Estoy seguro de que le dará a Clara un cargo This text is property of Nô/velD/rama.Org.

adecuado y una plataforma para demostrar su talento. Cuando tengamos noticias, te informaremos

de inmediato.

-¡Muy bien! Entonces, esperamos buenas noticias sobre la incorporación de Clara-dijo Urbano

con una sonrisa. De repente, recordó algo y miró a Clara con una sonrisa: -Por cierto, Clara,

escuché que vas a unirte al grupo y Carolina Pérez ha preparado un regalo para ti, deseas verlo. Ya

ha enviado a alguien para que lo coloque en tu oficina. ¡Deberías echarle un vistazo!

Carolina era la única hija de Urbano, y también era la prima de Clara. Aunque las dos hermanas no

se habían visto en mucho tiempo, su relación no era especialmente tan cercana.

-¿En serio? Carolina está siendo muy considerada-comentó Clara, levantando ligeramente sus

labios con una sonrisa dudosa.

El grupo se dirigió hacia la oficina de Clara, y en el camino, Aarón señaló algo en la dirección de la

puerta.

-Señorita, ¿qué son esas cosas en la entrada? – Aarón abrió los ojos sorprendidos, y señaló hacia

la entrada.

Clara frunció ligeramente el ceño al ver dos grandes y llamativos arreglos florales en la entrada. Algunos empleados del grupo que pasaban por allí señalaban y se reían entre ellos.

Cuando se acercaron, los hermanos notaron inmediatamente los enormes arreglos florales

funerarios colocados frente a la puerta de la oficina de Clara. ¡Funerarios!

-Urbano, ¿esto es lo que tu hija le ha enviado a Clara como regalo? – Diego mantuvo su expresión

fría y helada mientras miraba a Urbano con ojos fríos y llenos de gran enojo.

Urbano, que inicialmente quería negarlo, no pudo hacerlo al ver el nombre de su hija en la tarjeta de los arreglos. Tuvo que sonreir con la cabeza en alto y deci

-Carolina es una niña buena. Antes,

arreglos florales, incluso en ocasiones felices.

-Sin embargo, ahora ella está en el país. Si no ajusta sus costumbres a tiempo, ¿no dará la

impresión de que carece de sentido común? – Diego ignoró completamente su explicación y su

tono se volvió aún más frío.

-Vamos, Diego, ella solo tenía buenas intenciones-intervino Urbano, tratando en vano de

justificar a su hija.

Sin embargo, Clara no se enfadó en absoluto. Por el contrario, sonrió con gracia, mostrando su

elegancia delante de sus subordinados. -Como líderes, debemos tener una visión más amplia y ser

más tolerantes y comprensivos. Cada empleado tiene sus propias creencias, costumbres y

diferencias culturales. Con más de diez mil empleados en el grupo KS, si nos atascamos en estos

pequeños asuntos todos los días, no tendremos que hacer nada más, ¿lo creen ustedes? Diego

volvió a mirar con ternura y afirmó suavemente. -Clara tiene razón.

Urbano, al escuchar la conversación entre los hermanos, sintió que su actitud condescendiente los

hacía ver como a empleados de nivel inferior. Aunque estaba furioso por dentro, no tenía más

remedio que sonreir en público. Como miembro de la familia Pérez y padre de Carolina, su hija

tenía el mismo estatus que Clara. ¿Quién le daba a Clara el derecho de hablar de esta manera?

-Aarón, por favor, quita estas dos coronas funerarias-ordenó Clara con una entonación perezosa y

desagradable, luego le sonrió a Urbano. -Tio, no malinterpretes, no es que no me guste el regalo de

mi hermana Carolina. Las frases y los deseos en las coronas son muy buenos, solo que la escritura

es un poco torpe. Tenerlas aquí donde todos puedan verlas, me hace preocupar por la reputación

de Carolina.

Sus subordinados detrás de ella se esforzaron por contener la risa.


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