Capítulo 75
Capítulo 75
Capítulo75
Clara mantuvo la compostura sin cambiar de expresión.
Conocía muy bien las caras de doble filo de Ema. Esta explosión de información solo le estaba diciendo a Leticia que ella no solo era de segunda mano, sino también una mujer de pueblo que se había acercado a un hombre adinerado para sobrevivir.
La familia Sánchez madre e hija sonrieron siniestramente en sus corazones.
La familia Pérez y la familia Hernández ya tenían diferencias, Diego como hijo mayor de Julio
tenía un estatus noble, ¿cómo podría alguien como él querer a una abandonada de la familia
Hernández?
¡Es ridículo!
Alejandro frunció ligeramente el ceño, sus ojos mostraban disgusto. -Tía Celia, esto es asunto mío,
no tienes derecho a hablar de esto.
-Alejandro, esto puede ser tu asunto personal, pero también afecta el prestigio de la familia
Hernández y la familia Pérez. Al decirlo, evitamos que en el futuro asustes a alguien al revelar que
Irene fue tu exesposa. Lo hago por el bien de todos–continuó Ema despotricando.
-¿Prestigio de las dos familias? ¿No se divorció Irene de Alejandro? Si se divorció, significa que ya
no tiene ninguna relación con nosotros. ¿Cómo puede Ema pensar que Irene deshonró a tu familia?
-Leticia rio con sarcasmo. -¿Acaso las mujeres que se casan con la familia Hernández siempre
llevan esa etiqueta y se convierten en propiedad de la familia Hernández para el resto de sus
vidas? Irene y Diego han encontrado la felicidad juntos, no hay nada de qué avergonzarse. Solo
porque ella se divorció no significa que la familia Pérez no la aceptará. No existe esa regla en la
sociedad actual. Le aconsejo a Ema que sea más abierta y no se enoje tanto. NôvelDrama.Org: text © owner.
Al escuchar esto, Rodrigo casi aplaudió, ¡qué alivio!1
La familia Sánchez, incluida Leona, tenía expresiones sorprendidas y se quedaron sin palabras,
paralizados por la incomodidad.
¿Cómo es que Leticia parece estar protegiendo a su hijo?
-Leticia, como también provienes de una familia adinerada, seguramente entiendes el significado de mis palabras–dijo Ema. Pero al ver que Leticia no le hacía caso, Ema se sintió avergonzada y frustrada, su rostro se puso rojo. -Irene apenas se fue de Alejandro y ya está con Diego. Si eso se
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Diego mientras aún estaba casada. ¡Qué vergüenza! Ahora eres la mujer de la familia Pérez, deberías pensar más en tus hijos, ¿no?!
-¡Ya basta!
Leticia frunció el ceño y levantó la mano con elegancia, su actitud distinguida superaba a la de Ema. - Esto es asunto de los hijos. Aunque soy una mayor, no soy la madre de Diego, no tengo
derecho a intervenir. Ema, tú tampoco eres la madre biológica de Alejandro, decir estas cosas frente a los niños muestra una falta de madurez por parte de una persona mayor.
Ema quedó sin palabras por lo que Leticia dijo.
-Julio es mi hombre. Pero no quiero escuchar por segunda vez esas palabras de ‘mujer de la casa‘
saliendo de tu boca, Ema–dijo Leticia con severidad, intimidando a Ema hasta que su rostro
palideció y su expresión facial se volvió rígida.
Clara mordió sus labios rojos y sintió un amargo dolor en su nariz.
En la familia Pérez, solo hay una mujer a cargo, y es su madre.
Los labios de Alejandro se apretaron, mostrando un leve tono blanco, y destellos de frío brillaron en
sus ojos.
No le gustaba Irene, aunque estaban casados, nunca habían tenido una relación íntima y esta
mujer incluso lo provocaba repetidamente, haciéndolo sentir incómodo.
Pero cuando Ema usó esas palabras hirientes para burlarse de ella, él sintió que su propia dignidad
estaba siendo arrastrada por el suelo, comprendiendo los sentimientos de Irene.
-Irene, ¿quieres ir a buscar a Diego? Te llevaré- dijo Leticia con una mirada suave, volviendo su
atención hacia Clara.
-Gracias, te lo agradezco–respondió Clara con una sonrisa cálida y suave, como una joven dama
dócil.
-Eres una niña educada y hermosa–comentó Leticia mientras tomaba la mano de Clara y la
acariciaba suavemente, hablando en voz alta a propósito. Definitivamente, Diego ha hecho una
buena elección al escogerte como su novia.