Capítulo 775
Capítulo 775
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Capítulo775
Un silencio sepulcral se apoderó por completo de la sala, mientras el aura de Clara dominaba, haciendo que todos presentes se sintieran como si estuvieran en una cámara frigorífica.
Ema, que habia estado observando la situación con una sonrisa maliciosa en su rostro, pensó que Clara simplemente había venido a disputar el amor de Alejandro después de escuchar sobre el intento de la familia Rodriguez de forzar un matrimonio. Esperaba ansiosa un enfrentamiento intenso, pero las palabras de Clara sobre querer hablar con ella de inmediato disiparon todas sus expectativas.
Clara, ¿me estás buscando? No veo ninguna razón, por la que debemos estar conectadas. ¿Hay algo que necesites de mi? – Ema preguntó sorprendida y riendo con gran incomodidad. -Si, claro Ema, cualquier conexión entre tú y yo se disolvió en el momento en que Alejandro y yo nos divorciamos– Clara habló con indiferencia, sin mostrar ninguna emoción, -Pero parece que todavía tienes asuntos
pendientes con un conocido.
Sus palabras flotaban con ligereza, pero tomaron a todos por sorpresa.
-Jimena, ¿qué está diciendo Clara? ¿Exesposa? ¡Esto es incomprensible! – Mateo miró fijamente a
Jimena, su rostro mostrando incredulidad.
-Abuelo, te mencioné esto antes, ¿lo olvidaste? – Jimena le recordó con cierto temor a su abuelo.
-¿Mencionaste esto antes? ¿Cuándo me lo mencionaste? ¿En qué momento? Aunque soy anciano, jaún no estoy senil! ¿Cuándo me dijiste que Alejandro ya habia estado casado y se habia divorciado, y que su exesposa resulta ser la hija de Julio? – Mateo sintió una sensación de engaño,
-Mateo, ¿qué tiene de malo que nuestro joven señor haya estado casado con anterioridad? – Alba ya no podia soportar la actitud del anciano y respondió directamente: -Nuestro joven señor es una figural celestial, incluso si se ha casado y divorciado ocho veces, todavia habria mujeres haciendo fila afuera de
la puerta de la familia Rodriguez para casarse con él. Además, su nieta tampoco parece importarle. ¿Por
qué te preocupas tanto?
-Tú, una simple criada, ¿quién te crees que eres para atreverse a hablarme? – Mateo la reprendió con NôvelDrama.Org exclusive content.
enojo y rabia.
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-Esto es la familia Hernández, no la familia Rodriguez. Lo que digo no es asunto tuyo- Alba resoplo con
desdén y, decididamente, no volvió a mirarlo.
Mateo estaba furiosísimo, pero pelear con una criada de la casa era inapropiado para un hombre de su
estatus. Enrique, que había estado ejerciendo paciencia toda la noche, encontró cierto alivio en el hecho.
de que Alba interviniera para reprender a Mateo, permitiéndole liberar algo de su frustración. Aunque no le tenia simpatia a Alejandro, al fin y al cabo, era su propio hijo de sangre. Podía regañarlo, pero no
El corazón de Alejandro latía con gran fuerza mientras se acercaba rápidamente a Clara. Habló con voz profunda y firme: -Clara, si tienes algún problema, solo dimelo. Estoy aquí para ayudarte a resolverlo, no te preocupes puedes confiar en mi.
-¿Qué pasa? ¿Tienes miedo de que interfiera en tus asuntos? – Clara miró fríamente con sus ojos
oscuros y le susurró con una voz que solo ambos podian escuchar: -No te preocupes, no retrasaré tu reunión entre las dos familias. Solo vine a ver a Ema y, una vez hecho, me iré.
-Ya te dije que puedo ayudarte si tienes un problema- Alejandro frunció el ceño, con sentimientos complicados y profundos llenando su interior, de emociones profundas.
-No puedes resolver este problema, y no necesito que lo hagas–Clara evitó su mirada ardiente y se volvió hacia Ema, sin mostrar ni un ápice de sonrisa en sus ojos.
-Clara, has venido de lejos. ¿Por qué no tomas una taza de café primero? En cuanto al tema que deseas tratar conmigo, tú y yo, no tenemos nada de qué hablar–Ema alzó ligeramente la barbilla, arqueando altivamente las cejas, y en cuanto a lo que mencionaste sobre asuntos antiguos, no tengo ni idea.
-Entonces, ¿no tienes nada que decir sobre Luz?-la mirada de Clara era fría y acusadora como el hielo, y su tono estaba lleno de intensa frialdad y firmeza.
Ema, al escuchar esas palabras, sintió un escalofrio que le recorrió el corazón, sus hombros temblaron ligeramente como si hubiera sentido un gran frío.