Capítulo 117
Capítulo 117
Javier estaba concentrado manejando cuando de repente sintió como si un juego de palabras pasara volando a su lado. ¿Habría sido una ilusión?
-Si no puedes, no experimentes conmigo. Mejor déjame en el hospital más cercano, que después tengo grabación y no puedo lastimarme… ¡Ay!
El frio algodón con yodo tocó su herida y Nerea no pudo evitar gritar del dolor, -¡Ay, más despacio por favor!
-Está bien.
Roman observó su rostro palidecer por el dolor, suavizando
la herida era aún más feroz.
-¿Cómo te hiciste estas heridas?
su tacto al máximo, aunque su mirada hacia
Nerea realmente no quería hablar con él, ni mucho menos contarle sobre su vida.
Pero, en medio del doloroso proceso de sacar las espinas, tener a alguien con quien conversar era un alivio.
-Esas fans locas me clavaron las espinas de unas rosas.
¿Fue en la ceremonia de inicio? ¿Había cámaras?
-Si.
Nerea asintió, confundida por sus preguntas. ¿Le sugería que demandara a esas fans? Aun si fueran. mayores de edad para enfrentar consecuencias legales, la policía apenas les daría una advertencia, no valía la pena el esfuerzo de presentar cargos.
Roman le dijo:-Aguanta un poco, voy a empezar a sacar las espinas.
Al escuchar sobre las espinas, Nerea apretó sus labios, su expresión de dolor era tan conmovedora que derretiría a cualquiera.
-No temas, seré delicado.
-Mmm… ¡Ay! C0pyright © 2024 Nôv)(elDrama.Org.
A pesar de su cuidado, el dolor de las espinas siendo extraídas de su piel era agudo.
-Me duele, Roman, jay!
-Buena chica.
Roman soplaba suavemente su herida, su tono de voz era tan tierno como si consolara a una niña, -Solo un poco más, ya casi acabo.
-¡Más suave, por favor!
Mientras mordía su labio, su rostro se inclinaba por el dolor, y Roman, con una mirada profunda y feroz, parecía listo para destruirlo todo.
Sacó un caramelo del refrigerador del coche, le quitó el envoltorio y se lo ofreció, -Si te duele mucho, muerde esto.
Nerea mordió el caramelo, sus mejillas se hincharon, y sus quejas se volvieron incomprensibles
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Capitulo 117
-Mmm… ah…
-Me duele, ¡más despacio, no tan rápido!
Con cada espina extraida, Nerea rompió el caramelo de dolor, el dulce sabor a durazno llenó su boca, aliviando un poco el dolor. Bajo la mirada y vio a Roman dejar las pinzas para envolver cuidadosamente su brazo con una gasa ligera.
Finalmente habia terminado…
-¿Ya sacaste todo? ¿No me quedan más?- Justo cuando iba a preguntarle, su celular sonó. Era urfa
llamada de Gerard.
-¿Hola, tio?
-Nere, ¿dónde te metiste? Te he estado buscando y no te encuentro por ninguna parte.
-Yo… Nerea miró a Roman, quien se concentraba en vendarla, pareciendo por momentos una persona totalmente diferente, y de repente tuvo una idea traviesa, -Me secuestraron.
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