Capítulo 169
Capítulo 169
Nerea miró con confusión, -¿No hubiera sido más fácil decirmelo directamente?
-Aunque lo conozco desde hace tiempo, no hemos compartido mucho, así que no sé mucho sobre él. Siempre parece tan distante y desinteresado en todo. No tengo ni idea de qué le gusta. Pero tú, siendo su asistente, seguro lo sabes todo. Text content © NôvelDrama.Org.
El presidente realmente no tenía muchos intereses, excepto por una persona a la que trataba como un tesoro, alguien del que estaba enamorado locamente.
Quizás, amarla había agotado toda su energia.
-El presidente siempre separa lo personal de lo profesional, así que no sé mucho. Pero más que lo que le gusta, creo que es más importante saber lo que necesita. Con su estado actual, probablemente lo que más necesita es dormir. Solo con suficiente descanso puede recuperarse completamente.
-¿Dormir?- Nerea frunció el ceño, -¿Hay algo que pueda hacer? No puedo simplemente dormir con él, ¿O si?
-¡Claro que puedes!
Javier al oír eso, se le iluminaron los ojos. Nerea, -¿Qué?
No, no, señorita Nerea, no me malinterpretes. Solo récordé esa vez en el avión, cuando te quedaste dormida al lado del presidente y, poco después, él también se durmió.
-El presidente ha tenido serios problemas de sueño, y usualmente no puede dormir si el ambiente no es el adecuado o si hay extraños presentes. Pero, por alguna razón, contigo cerca, cae dormido fácilmente. Es realmente increíble.
Nerea:
¿Así que solo con verla se duerme? ¿Acaso tiene cara de somnifero?
Torre Amanecer Verde, en el set de Llega La Reina.
En la sala de edición, Tomás revisaba rápidamente el material grabado esa mañana. Cuando llegó el turno de Dafne, disminuyó la velocidad para apreciar cada gesto y expresión de Nerea, hasta que una larga sombra se proyectó sobre la gran pantalla, acompañada por pasos casi imperceptibles.
Curioso, Tomás se giró y al ver al hombre detrás de él, una sonrisa se esparció por su rostro, -Ay, ¿Señor Roman? ¿Qué lo trae por aquí?
El hombre permanecia en la entrada, sus profundos y tranquilos ojos negros fijos en la chica de la pantalla, como perdido en un trance.
Notando su mirada, Tomás dijo con orgullo, -Señor Roman, de verdad que tiene buen ojo. Nerea es la Dafne perfecta. Tenía mis dudas debido a su belleza delicada y personalidad vivaz, preocupado de que no pudiera encarnar bien al personaje.
Pero en cuanto se puso frente a la cámara, se transformó por completo, dándole vida al personaje de manera impresionante. Con tal talento desde su primer proyecto, le espera un futuro brillante.
Roman observaba a la joven en la pantalla, radiante, cautivadora y completamente diferente de su serenidad habitual, sintiendo un apretón en el corazón, como si quisiera aferrarse a algo que, sin embargo, se le escapaba.
Aunque ‘ella’ estaba justo ahí, a solo una pantalla de distancia, parecía más lejana que nunca, ta
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que
ni siquiera su sombra quería quedarse en su mundo.
-¿Dónde está Nerea?
Con una voz baja y ronca, Roman preguntó. Tomás respondió con una mueca de desilusión, -¿Vino por Nerea? Qué mala suerte, justo hoy pidió permiso por la tarde por un asunto personal importante y dijo que probablemente no regresaria.
Roman bajó la mirada, ocultando la amargura y el sarcasmo en su interior.
-Enviame ese video.
-Claro, ¡por supuesto!