Sus Besos Obsesionados que Despiertan mi Segunda Vida Novela completa

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-¿Será que acerté? Estas peleas entre familias poderosas siempre las muestran en la tele, ¡ya hasta aprendí a deducir cosas por mi misma!-, dijo Nerea, bastante complacida consigo misma. Sin embargo, vio en su rostro una expresión… como de quien no sabe que decir y prefiere ignorarla. 

Uh… 

¿Se habría equivocado? 

Pero no debería, las noticias habían reportado en más de una ocasión cómo, en sus inicios, las luchas internas y los conflictos eran pan de cada día en la familia Dazz, con estrategias que parecían sacadas de dramas históricos, sacrificando hasta a los hijos. Y esas cicatrices en su pecho, seguro tenian algo que ver con esas luchas, ¿no? 

Y esta teoría también encajaba con el hecho de que, en su vida pasada, a pesar de no tener ningún vínculo con ella, él siempre la había ayudado desde las sombras, incluso en su venganza. 

Además, cuando le pidió que la llamara Nea, él no lo hizo, sino que la llamó Nere, jeso indica que Nea y Nere son dos personas distintas! 

Viendo que Nerea iba sumergiéndose cada vez más en sus imaginaciones, Roman rompió su fantasía con un comentario simple, -En mi familia, soy hijo único. 

Nerea se quedó parada, un tanto avergonzada, levantando una ceja, -¿Ah sí? Entonces… ¿fue porque yo te salvé la vida? 

-¿Te acordaste? 

Roman sonrió, un tanto satisfecho, mientras Nerea soltaba un -¡Psh!. 

-Parece que ya estás bien, bromeas más que yo. Ahora deja ver cuánta fiebre tienes… 

Dijo ella, intentando tocar el pecho del hombre con una rapidez que pretendía ser fulminante, pero él, con facilidad, la detuvo.. 

-Qué molesto, estás enfermo y ¿aún así reaccionas tan rápido? 

-Para lidiar contigo, me sobra. 

¡Psh! ¡Si ni siquiera había usado toda su fuerza! 

-Espera… 

Nerea tomó su mano, observando las marcas de heridas en sus dedos, más graves que las que ella misma había sufrido por las rosas de aquellos fans extremos. 

¿Esas heridas en sus manos fue por las ostras que le hizo en la Mansión Sanz? 

-¿Qué pasó con tu mano? 

-No es nada. 

Roman retiró su mano con una tranquilidad pasmosa-Me pinché con el cactus que tengo en el escritorio. 

¿Un cactus en el escritorio? 

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Capitulo 175 

Vaya forma de mentir. ¿Qué le costaba decirle que esas heridas eran por prepararle el desayuno? 

Parece que sacarle la verdad sobre la venganza de su vida pasada sería más difícil de lo que pensaba. 

-Saca él termómetro. 

Roman sacó el termómetro, y al ver la temperatura, se quedó helado. Nerea lo arrebató de sus manos y al ver el brillante 40°C en la pantalla, palideció, -¡Una fiebre tan alta! 

-¡Roman! 

Ella lo miró incrédula, no podía creer que estando tan enfermo, seguía bromeando con ella como si nada. ¡Debe estar delirando! 

ir ya! 

-¡Toma la medicina para la fiebre y ve a dormir 

Roman miró las pastillas y el vaso de agua que ya estaban listos sobre la mesa, su mirada se oscureció 

un poco. 

¿Ya se iba? 

? 

Al ver su vacilación, Nerea pensó que estaba reconsiderando y, molesta, tomó el agua y la medicina, forzándoselas, ¡Toma esto! Me lo prometiste, ¡no puedes echarte atrás! 

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