Capítulo 57
Capítulo 57
-¿Para qué sacar fotos?- Neo se acercó a su cámara, hablando con osadía, -Si te casas conmigo, ¡podrias disfrutar todos los días de la deliciosa comida que hace mi tio!
-Jeje. ¿entonces por qué no me caso directamente con tu tio?
Nerea le respondió sin pensar.
Al caer la frase, Roman dejó caer sus cubiertos de golpe, y Nerea se quedó paralizada, dándose cuenta de lo atrevido que había sido su comentario.
Mirando a Roman frente a ella, que claramente había escuchado, se apresuró a explicarle, -Era solo una broma con el niño, por favor, no te lo tomes en serio.
Roman: -Mmm.
-Porque mi tio es muy… feroz
Neo no había terminado de hablar cuando ya sentia la mirada asesina de Roman, y rápidamente cerró la boca, haciendo señas a Nerea con la mirada.
¡Nerea, mira! ¡Realmente es feroz!
Nerea se rio: -No puedes morder la mano que te da de comer. ¡Aún tienes en la boca la comida que hizo tu tio!
Roman: -Liam, el postre de la cocina ya debe estar listo.
-Claro, señor, ahora mismo lo traigo.
-¿Hay postre? ¡Qué bueno! ¡Me encantan los postres!
Al escuchar sobre el postre, Neo aplaudió emocionado, solo para que Roman lo enfriara de golpe. diciéndole que no era para él. Copyright Nôv/el/Dra/ma.Org.
—¿Por qué no? Tío, me equivoqué, no hablaré mal de ti frente a Nerea nunca más, ¡déjame comer postre, por favor!
–
-Neo, estás equivocado. El mayordomo lo miró con cariño, -Realmente no hay para usted, el señor hizo uno especialmente para la Srta. Nerea.
¿Solo para ella?
Nerea se sintió inesperadamente halagada al mirarlo, tomando de las manos del mayordomo un pequeño y exquisito envase.
Mirando lo que había adentro, exclamó sorprendida, ¿Es este el famoso postre de San Esteban?
-Si, es una bebida refrescante caracteristica de la isla de San Esteban, hecha con varios productos locales de la isla. Dado que es fresca, el señor agregó especialmente azúcar morena y piña, que
ue son ingredientes beneficiosos para las mujeres, asegurando que no tendrías problemas para tomarlo.
Después de escuchar al mayordomo, Nerea se sintió profundamente conmovida, mirando a Roman, su aprecio por él había alcanzado su punto máximo, -Sr Roman, ¿cómo puedes ser tan considerado? ¿Cómo puede haber en el mundo un hombre tan bueno como tú? ¡La que se case contigo será muy afortunada!
Desde pequeña le encantaban estas cosas, pero sus padres siempre se lo negaban diciendo que era demasiado frío para ella. Nunca imagino que el postre de Roman, adaptando su gusto y neutralizando
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el frío, sería perfecto.
-Exagera, Srta. Nerea.
-¡Para nada! Dime, ¿dónde encuentras a un hombre guapo, rico y buen cocinero como tú hoy en dia? ¡Ni con una linterna!
Ella, sosteniendo el pequeño envase, lo elogiaba sinceramente, su imagen se reflejaba claramente en sus puros ojos color ámbar, como si lo envolviera con un halo divino, haciendo brotar en lo más profundo de su ser una semilla de codicia.
-Y Samson… ¿no sabe cocinar?
Al hablar, Nerea se quedó de piedra, y de repente, el aire se llenó de un silencio misterioso.
Roman bajó las pestañas, ocultando el arrepentimiento que surgió de inmediato, ¿por qué lo mencionaria…
Nerea no pensó demasiado al respecto, solo que escuchar el nombre de ese desgraciado en un momento tan feliz y hermoso, le pareció sumamente decepcionante.
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