Volvemos a Empezar, iMi Ex!

Chapter 133



Chapter 133

Capítulo 133

Rafael envió un mensaje a su conductor desde el bar para que viniera a buscarlo.

Al salir abrazando a Sofía, el conductor ya había estacionado el Rolls–Royce en la entrada del bar.

El conductor, al ver salir al jefe, bajo del auto y abrió la puerta. Rafael colocó suavemente a Sofía en el asiento trasero, asegurándose

que estuviera cómoda antes de subir al auto por el otro lado.

El conductor arrancó y preguntó: “Sr. Amorós, ¿a dónde vamos?”

“A la mansión.”

A esta hora, el anciano y los niños seguramente ya estarían durmiendo. No era bueno llevar a Sofía a esa casa en este estado, mejor ir primero a la mansión y al día siguiente a la antigua casa. Copyright Nôv/el/Dra/ma.Org.

Durante el camino, Sofia estuvo tranquila. Rafael nunca la había visto borracha y se sorprendió de lo dulce que podía ser, solo quería dormir..

Sofía se recostaba en el asiento, moviendo su cabeza de un lado a otro, hasta que golpeó con el vidrio de la ventana, emitiendo un sonido sordo. Parecía doloroso, ya que frunció el ceño levemente. Justo cuando iba a golpearse de nuevo, Rafael rápidamente sostuvo su cabeza, permitiéndole apoyarse en su hombro para dormir.

Al llegar a la mansión, Rafael cargó a Sofía desde el auto hasta el dormitorio principal.

La colocó en la cama; el blanco de las sábanas, su vestido y su piel parecían fusionarse, destacando solamente su cabello oscuro esparcido.

Sofía, sintiéndose caliente, intentaba inconscientemente desabrochar su vestido. Por lo tanto, cuando Rafael regresó del baño con una toalla para limpiarle la cara, se encontró con una escena que le hizo hervir la sangre.

Los botones del vestido de Sofía estaban casi todos desabrochados, revelando su ropa interior y su piel suave, mostrándose sin reservas. La parte interna de su vestido estaba subida, exponiendo más de lo esperado y ella, sin darse cuenta en su estado de ebriedad, seguía intentando desabrocharse.

Rafael rápidamente la cubrió con una manta. Ella, al sentirse cubierta, comenzó a patalear y a tirar de la manta.

Al ver que Sofía dejaba al descubierto su ropa interior, Rafael se apresuró a sujetar sus brazos y piernas para evitar que siguiera moviéndose.

“¡Déjame, tengo calor!” Sofía, sin percibir el peligro, se movía debajo de él.

“¡No te muevas!” La voz de Rafael sonaba ronca.

Sofía, sintiendo algo incómodo, intentó sin éxito liberarse.

“¿Qué es eso? Me está molestando, quítalo.” Sofía, aún borracha, murmuraba.

Rafael, luchando por controlarse, estaba a punto de ceder ante el deseo.

Con una voz grave, le preguntó: “Sofía, ¿quién soy?”

Ella abrió sus ojos borrosos, miró al hombre frente a ella y murmuró: “Rafa.”

Al escuchar su nombre en los labios de Sofía, Rafael sintió que no podía resistirse más y capturó sus labios con los suyos, perdiéndose en el beso..


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