Capítulo 148
Capítulo 148: ¿Estás Tratando de Asesinar a tu Proplo Esposo?
Valentina se sobresaltó, y luego la voz melosa de su esposo resono en sus oldos:
-No vayas a la fiesta de esta noche.
El tono seductor desató un torbellino de pensamientos.
La cara de Valentina se tiñó de rojo. ¿No ir a la fiesta? ¿Acaso él quería… con ella?
Pensamientos atrevidos irrumpieron en su mente, calentando sus orejas. All text © NôvelD(r)a'ma.Org.
Con la cabeza gacha, no se atrevia a mirarlo.
-Eso no estaria bien.
-¿Por qué no? Esa fiesta no tiene nada de especial, mejor quédate conmigo…
Su esposo se volvía cada vez más audaz. Valentina rápidamente le tapó la boca.
Santiago se quedó atónito, sintiendo sus labios contra la palma de ella, surgiendo una extraña
emoción. Al ver los ojos esquivos de Valentina y su rostro enrojecido, comprendió su confusion.
De repente, Santiago soltó una risa baja.
Esa risa desconcertó a Valentina, quien alzó la vista, encontrándose con la burla en sus ojos.
-¿En qué piensas? -Santiago sonreía, como si la hubiera descubierto.
Valentina, volviendo en sí, se dio cuenta de su error, no solo había pensado mal, sino que
también había sido descubierta.
Su rostro se tornó aún más rojo.
-Eh…
Valentina intentó defenderse con firmeza.
Pero su mirada culpable no convencía, aumentando la burla en los ojos de Santiago.
-¿Qué? -Santiago la provocaba.
-No pensé nada, eres tú el que piensa cosas raras -Valentina lo afirmó con decisión.
Santiago se acercó.
-¿Ah si? Si sabes lo que pienso, dices que yo pienso cosas raras. Entonces dime, ¿qué estoy
pensando?
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Valentina estaba callada. Si ella decla lo que él pensaba, ¿no estaría admitiendo sus propios pensamientos descarriados?
Valentina se quedó sin palabras.
Un silencio momentáneo llenó el aire.
El rubor en el rostro de Valentina no disminula, sino que su rostro se calentaba cada vez más.
Santiago la observaba, su mirada se intensificaba, y de repente, una atmósfera ambigua se esparció. Santiago, sin que ella lo notara, había soltado su mano que cubría su boca y la sujetaba firmemente,
Inclinándose hacia ella.
Iba a besarla.
Valentina se sentia inexplicablemente nerviosa, sin saber dónde posar su mirada.
Entre la tensión, se mezclaba una ligera expectativa, pero de repente, la imagen de Lucía
apareció en su mente.
Todos sus pensamientos se disiparon como burbujas.
Valentina, con un cambio abrupto en su expresión, miró el hermoso rostro frente a ella y de repente levantó el pie, pisando fuertemente su empeine.
-¡Ah…!
En ese momento, Valentina ya se habia puesto tacones, mientras Santiago llevaba pantuflas.
El dolor de la pisada era inimaginable.
Aprovechando su dolor, Valentina se liberó y retrocedió un paso.
-Valentina…
Santiago la miró confundido, y ella, sintiéndose culpable, soltó una risa nerviosa y un rápido «
Valentina corrió hacia el ascensor.
El sonido de la puerta abriéndose resono detrás de ella.
Luego se escuchó la acusación molesta de su esposo.
-¡¿Acaso planeas asesinar a tu propio marido?!
Justo cuando Santiago terminaba de hablar, las puertas del ascensor se cerraron.
+15 BONOS
Dentro del ascensor, Valentina se tocó el pecho, soltando un suspiro de alivio.
-¿Qué asesinato de mi propio marido? -Ella solo intentaba proteger su corazón.
Fuera del ascensor, Santiago estaba profundamente herido.
¡Ella habla rechazado su beso y encima lo habla pisado!
-Bien, muy bien.
Santiago soltó una risa fría, pero no renunció a impedir que Valentina asistiera a la fiesta de la familia Valenzuela para reconocer a la nieta.
Durante todo el día, Valentina recibió innumerables llamadas de su esposo.
Cada una, sin excepción, era para disuadirla de ir a la fiesta de esa noche.
-Te ves muy preocupado porque vaya a la fiesta, ¿acaso me ocultas algo? -Después de varias llamadas, Valentina comenzó a sospechar.
En el otro extremo del teléfono, Santiago ocultaba su inquietud.
-¿Qué podría ocultarte? Si quieres ir, ve.
Santiago temía que si seguía así, Valentina realmente comenzaría a indagar qué es lo que él le
ocultaba.
Tras colgar, Santiago solo podía pensar en otro plan.
-Señor, debería atender alguna de las llamadas de la señorita Lucia Valenzuela. Ya me ha llamado varias veces -Thiago se quejaba insatisfecho.
El señor estaba preocupado por su esposa, pero la señorita Lucia Valenzuela solo pensaba en él.
El señor podía ignorar a la señorita Lucía Valenzuela, pero él, como guardaespaldas y asistente temporal, no se atrevía a hacerlo.
Cuando la señorita Lucia Valenzuela le preguntaba sobre los planes de esa noche del señor, no se atrevía a revelar nada, pero tampoco quería ofenderla, así que solo podía dar respuestas
vagas.
-Señor, ¿realmente no asistirá a la fiesta de la familia Valenzuela para reconocer a la nieta esta noche? -Thiago lo sondeaba.
-Iré–Santiago apretó los dientes.
Si Valentina iba, él también iria.
+15 BONOS
No podía dejar que Valentina y Alonso tuvieran demasiadas oportunidades de estar juntos, así que tenia que ir personalmente a vigilar.
Thiago estaba confundido.
¿No había dicho antes que no iría? Incluso le habia pedido que organizara una cena con su
esposa.
Thiago vio a su jefe fruncir el ceño, como pensando en algo importante, y sin preguntar nada,
discretamente dejó la oficina.
Santiago pensaba en cómo ocultar su identidad esa noche.
De repente, como si se le ocurriera algo, sacó su teléfono y llamó a Dylan.
Tan pronto como se conectó la llamada, dijo apresuradamente:
-Deja lo que estés haciendo esta noche y ven conmigo a la fiesta de la familia Valenzuela para reconocer a la nieta. Necesito tu ayuda.