Capítulo 212
Capitulo 212 Como son tan enérgicos?
ANeera le parecié una eternidad, pero finalmente el recorrido por la casa embrujada llego a su fin.
Cuando se fueron, el traje meticulosamente confeccionado de Jean ahora estaba cubierto de aumentos.
A Jean, sin embargo, no le importd en absoluto. Miré a Neera.
Su tez estaba algo palida. Tenia los ojos himedos, dando la impresién de lagrimas recientes. También eran rojos, lo que invocaba un inesperado sentimiento de lastima.
“zEstas bien?” Un sentimiento desconocido brillé en sus ojos mientras preguntaba en voz baja.
Ella sacudié su cabeza. “Estoy bien.”
Después de calmarse, not6 las arrugas en su ropa e inmediatamente se sintid avergonzada.
~Como logré estropearle tanto la ropa?
No pudo evitar sonrojarse al pensar en como él la habia visto en un estado tan humillante.
“Umm...”
Se aclaré la garganta y trato de sonar mas informal. Ella sefialé su ropa. “Lo lamento. Lo lavaré y plancharé cuando volvamos.
A Jean no le importé en absoluto y respondié con calma: “Esta bien. No tienes que preocuparte por eso”.
Al ver que Neera habia recuperado la compostura, dirigié su atencién a los trillizos y pregunt6 pacientemente: “;Hay algo mas que quieran hacer ustedes tres?”
Los tres nifios, enmascarando su entusiasmo, enumeraron con entusiasmo una serie de actividades que querian hacer. Neera, sin embargo, ya estaba agotada.
~Como era que tenian tanta energia...?
Afortunadamente, las actividades restantes no fueron tan aterradoras. Finalmente habia escapado de esa terrible experiencia. Antes de que se diera cuenta, habia llegado la noche.
Los tres pequefios habian jugado todo el dia y estaban visiblemente cansados. Estaban luchando por seguir caminando. Penny extendié las manos hacia Neera y dijo en voz baja: “;Mami, quiero que me carguen!”.
Al ver que la nifia estaba fatigada, Neera la levant6 en sus brazos y sugirié: “Esta oscureciendo, volvamos a casa”.From NôvelDrama.Org.
Ni Sammy ni Harvey se opusieron. Los chicos también estaban cansados.
Sabiendo que Neera no podria cargarlos a los tres a la vez, se abstuvieron de preguntar y caminaron lentamente.
Jean noto el cansancio en sus rostros y de repente pregunto calidamente: “; Quieres que te carguen?”.
Sammy levanté la vista con ojos brillantes y anticipadores. “;Puedo?”
Jean se agacho sin responder y los levant6. Los sostuvo firmemente en sus brazos con un nifio a cada lado.
Tanto Sammy como Harvey quedaron desconcertados. Rapidamente rodearon con sus brazos los hombros del hombre. Estaban rebosantes de alegria.
“iGracias,
tio Jean!”
Sammy no pudo contener su emocidn y beso a Jean en la mejilla.
Jean qued6 momentaneamente aturdido por el gesto antes de sonreir.
“De nada’, dijo en un tono suave que sonaba muy impropio de él.
Neera se sintié extrafiamente conmovida por la escena, pero cortésmente intervino: “Gracias, pero cargarlos a ambos puede ser agotador. Sdlo uno esta bien”.
Harvey también asintid de una manera inusualmente madura. “Mami tiene razon, tio Jean. Puedes llevarte a Sammy contigo. Puedo caminar solo”.
Jean, sin embargo, sonrié y respondid: “Ustedes dos no pesan mucho. Esta bien.”
No tenia intencion de dejar al nifio en el suelo y continué caminando con paso firme.
Neera lo observo y decidié no intervenir y lo siguid. Los dos nifios no podrian haber estado mas felices. Irradiaban felicidad. Charlaron interminablemente con Jean durante el camino.
Algunas de sus conversaciones sonaban infantiles, pero por alguna razon, mientras Jean miraba sus calidas sonrisas, sintid que una alegria contagiosa lo abrumaba.
Incluso tenia la sensacion de que estaria dispuesto a escuchar lo que los dos nifios tuvieran que decir.
El grupo pronto llegé al estacionamiento.
Sammy y Harvey inmediatamente hablaron con dulzura: “Ahora puedes dejarnos en el suelo, tio Jean”.
Esta vez, Jean no se nego. Todos subieron al auto.