Capítulo 117
Capítulo 117
Capítulo117
Rodrigo y Clara se acercaron a ellos: uno alto y guapo, el otro elegante y hermoso, parecían una
pareja perfecta.
Alejandro frunció el ceño al darse cuenta de que Rodrigo llevaba una bolsa de compras. ¿Habían
venido juntos de comprar?
Clara ni siquiera se percató de la presencia de Alejandro y Beatriz. Estaba escuchando a Rodrigo contar un chiste y ambos se reían alegremente. Sus ojos se encontraron y sonrieron.
Sin motivo aparente, el pecho de Alejandro se apretó y sus ojos se llenaron de lágrimas.
Rodrigo también percibió esa intensa hostilidad y levantó la cabeza sorprendido.
-¿Alejandro? ¿Qué haces aquí? -exclamó.
Fue entonces cuando Clara notó la presencia fría de Alejandro y luego dirigió su mirada hacia
Beatriz en sus brazos, esbozando una sonrisa fría.
Beatriz sabía que era su oportunidad, abrazó a Alejandro con más fuerza y miró fijamente a Clara,
reafirmando su dominio.
Pero Clara no tenía intención de prestarle atención.
Quizás en el pasado habría sentido celos o se habría enfurecido, pero ahora su corazón estaba
tranquilo.
¡Este hombre despreciable y esta mujer mezquina eran realmente una pareja hecha en el infierno!
-Esa pregunta debería hacértela yo, Rodrigo -dijo Alejandro con voz profunda, su rostro
oscurecido como el tinte de la tinta.
-Paseando, ¿no me conoces? Me encanta ir de compras–respondió Rodrigo con una sonrisa, sin darse cuenta de que estaba en peligro inminente.
Clara pensó que tenía razón. Durante todo el camino, aunque había estado charlando con ella, sus ojos siempre se desviaban hacia los escaparates. Parecía que si no fuera por la prisa de Clara, él
querría entrar en cada tienda.
Sin embargo, para Alejandro, las palabras de Rodrigo eran claramente una provocación. NôvelDrama.Org holds this content.
-No puedo creer que Irene y Rodrigo tengan una relación tan cercana en privado y que hayan
Alejandro, volvamos, no deberíamos molestarlos ni interrumpir su cita.
La mirada de Clara era fría, pero Rodrigo parecía feliz de escuchar la palabra -cita.
Sin embargo, para su sorpresa, Alejandro apartó lentamente a Beatriz de su abrazo y se acercó
rápidamente a Clara.
-Alejandro -llamó Beatriz, pero él no se volvió, lo que la hizo enrojecer los ojos de rabia.
Clara levantó su hermoso rostro hacia su mirada penetrante. Aunque llevaba tacones altos, el hombre seguía siendo mucho más alto que ella. La mirada fría de él ejercía una opresión indeible
sobre ella.
-¿Qué quieres decir? – preguntó Alejandro con frialdad.
-Solo estamos de compras, ¿y qué? -Clara levantó ligeramente el labio en un gesto de indiferencia. Si nos encontramos aquí, ¿acaso Alejandro también espera que evite pasar junto a
ustedes?
-¿Por qué estás saliendo de compras con él? -la mirada de Alejandro se volvió aún más sombría.
-¿Qué tiene de malo salir de compras conmigo? No soy un lobo feroz -dijo Rodrigo con desdén.
Alejandro apretó los dientes. -¡Usar ropa no te hace humano, incluso sin ropa, es posible que no lo
seas!